Renault dio a conocer a mediados de primavera, en el marco de la Triennale di Milano 2013, sus planes para explorar y determinar la futura dirección estratégica de la compañía centrada en el examen del medio natural. Y de la unión del fabricante francés y el estudio de diseño industrial dirigido por el galés Ross Lovegrove (uno de los gurús del biomimetismo) ha eclosionado una forma de repensar el lenguaje del diseño que busca crear conciencia y comprensión de los impactos ambientales dentro de un contexto de transporte urbano.
Todo basándose en una estética nada convencional que juega con diferentes colores, texturas, materiales y formas que representan y emulan a la naturaleza. Estos métodos dan como resultado superficies con la capacidad de convertirse en acciones y transformar la realidad o el entorno, como ocurre con la carrocería del coche, que se comporta como una especie de pantalla sobre la que se podrán proyectar impresiones creadas en ordenador para así comprobar el efecto visual de las texturas.
Twin'z es el último concept car del programa que tiene por objeto ilustrar esta nueva estrategia de diseño de la empresa, un vehículo que toma su inspiración del primer Twingo y del Renault 5, pero que nos transporta en un viaje por el tiempo.
El cuerpo azul iridiscente está recubierto de iluminación LED de color verde, mientras una rejilla punteada maximiza el flujo de aire a través del habitáculo y las carcasas de faros imitan un iris humano. También resultan sorprendentes las ruedas, que tienen un reborde integrado y un neumático diseñado especialmente por Michelin en el que se ha impreso los patrones del matemático Alan Turing que aparecen en la naturaleza.
En suma, un giro radical a las estéticas mecánicas duras que están dejando paso a los principios biológicos que rigen las estética más suaves y orgánicas.